Here's the sermon for today's 1pm service ... our Misa Bilingual ... where I have the privilege of being the preacher this "stir it up" Sunday. (Let those with ears to hear, listen! :)
13 de diciembre del 2009 ~ Iglesia Todos los Santos, Pasadena ~ Susan Russell
Adviento 3C: Misa de la 1:00 pm.
Adviento me gusta mucho. ¿A quien no le gustaría una estación litúrgica que solo dura cuatro semanas y al final le espera la Navidad? Y que decir de las fantásticas lecturas asignadas para que el predicador haga su sermón Y... el hecho de que, ¡nos vestimos con el color azul! Y hoy, el Tercer domingo en Adviento- es posiblemente uno de mis favoritos: A veces le llaman “Domingo de Agitación”. Es el día en el que la misa siempre comienza con las palabras: “Agita tu poder, oh Dios y con gran poder ven a nosotros.” Suena bien, pero que significa exactamente? Algunas veces yo pienso que oramos sin darle mucha importancia a lo que pedimos en las oraciones. Seria bueno que consideremos más a menudo lo que en verdad estamos pidiendo. Que el lo que sucede en realidad cuando pedimos que ese espíritu venga a nosotros, descanse en nosotros? Esta es la forma que el profeta Isaías lo describe:
El Espíritu de Dios esta sobre mi,
Por cuanto me ha ungido
Para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
A proclamar liberación a los cautivos
Y libertad a los prisioneros,
A pregonar el ano favorable del Señor.
¡Ahí está! Una receta para “agitar” por si no la han escuchado antes. Las Buenas Nuevas para los oprimidos no es generalmente bien recibida por los opresores. Libertad a los cautivos es de igual manera mal recibida por los captores o libertad a los prisioneros por los carceleros. De hecho, lo cierto es que el proclamar el “Año Favorable del Señor” es tal agitación que el proclamador puede terminar teniendo problemas serios. Isaías los tuvo cuando predico liberación a los cautivos de Israel. Jesús los tuvo cuando predico este texto de Isaías en su primer sermón en su pueblo de Nazaret. Y ahí tenemos a Juan el Bautista, la voz clamando en el desierto que agito las cosas de tal forma que las autoridades del templo enviaron sirvientes a preguntarle, “¿Y tu quien eres?” ¿Con qué autoridad te atreves a agitar las cosas aquí?
Seguir los pasos de Jesús implica que “agitemos las cosas”: Ese camino en medio del desierto que Juan nos invita a construir, tendrá que pasar por medio de todas aquellas cosas que nos impiden la venida del Reino de Dios.
La guerra y la violencia. El odio y la opresión. La injusticia y los prejuicios. El hambre, los temores y la tristeza. Cuando el poder de Dios viene a nosotros, es la fuerza que nos da el poder para confrontar todas las injusticias y mucho más. Es el poder de lo que Dios quiere que seamos lo que nos hace chocar y chocar contra los poderes opresores de este mundo.
Imagino que es por eso que me sigue sorprendiendo el que algunos piensen que no existe conexión entre lo que hacemos aquí los domingos y lo que hacemos el resto de la semana. ¡Si, es importante poner a Jesús en la navidad, pero se supone no debemos dejarle allí! Si nos quedamos tranquilos adorando al niño Jesús en su pesebre en Belén y olvidamos seguir al niño que creció para convertirse en un Maestro Agitador, por seguro nos estaremos perdiendo el mensaje.
Y aquí en la Iglesia Todos los Santos seguimos a Jesús mientras que a la ves retamos los sistemas de opresión, los sistemas que producen guerras y que perpetúan la violencia. Nosotros creemos que cuando hacemos esto, cuando “agitamos” estos sistemas, estamos sin lugar a dudas siguiendo los pasos de Jesús y de aquellos que han marchado antes que nosotros; de Isaías, de Juan, de Jesús... de Martin Luther King, Cesar Chavez, Rosa Park, y Arzobispo Romero ... y con Bishop Gene Robinson and Bishop-elect Mary Glasspool.
Mis hermano y hermanas, “estar agitados y agitar: es parte del ADN de la Iglesia Todos los Santos. Es un elemento fundacional de lo que significan nuestras vidas en conjunto y como comunidad de fe. Y yo pienso que en este Tercer domingo de Adviento el llamado es reclamar y proclamar ese legado, esa herencia, de continuar ‘agitando’ las cosas, de seguir como colaboradores con el Espíritu de Dios, con el cual hemos sido ungidos para hacer brillar esa luz que se ha confiado en la vida de aquellos que están desesperados por recibir la esperanza que trae. Amen.
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STIR IT UP SUNDAY
December 13, 2009 ~ All Saints Church, Pasadena ~ Susan Russell
Advent 3C: 1:00 p.m. Service
I love Advent. What’s not to like about a liturgical season that’s only four weeks long and has Christmas waiting at the end of it? Not to mention there are great lessons for a preacher to work with AND … we get to wear blue! And today -- the third Sunday in Advent – is arguably my favorite: sometimes called “Stir it up” Sunday it is the morning when the service always begins with the prayer: Stir up your power, O Lord, and with great might come among us;
Sounds great – but what exactly does that mean? Sometimes I think we pray these things a little too lightly – it doesn’t hurt to occasionally consider what it is we’re asking for. What exactly happens when that power comes among us – rests upon us? Here is how the prophet Isaiah describes it:
The spirit of the Lord GOD is upon me,
because the LORD has anointed me;
he has sent me to bring good news to the oppressed,
to bind up the brokenhearted,
to proclaim liberty to the captives,
and release to the prisoners;
to proclaim the year of the LORD's favor,
There you have it: a recipe for “stirring it up” if I’ve ever heard one. Good news to the oppressed is not generally welcomed by the oppressors (see also: the ones with the power.) Liberty to the captives is likewise not happily received by the captors or the release of prisoners by their jailers. In fact, it turns out that “proclaiming the year of the Lord’s favor” is pretty much guaranteed to stir stuff up enough that the proclaimer can end up in some serious trouble.
Isaiah found it so when he preached liberation to a captive Israel. Jesus found it so when he preached this text as his first sermon at his home parish in Nazareth. And then there was John the Baptizer – the voice crying in the wilderness who stirred things up so much that the temple leaders sent servants to ask, “Who are you? By whose authority do you stir things up out here?
To walk the way of the Lord IS to “stir things up”: that highway through the wilderness has to pass through all that keeps the Kingdom of God from coming.
War and violence. Hatred and oppression. Injustice and bigotry. Hunger, fear and sadness. When God’s power comes among us with great might it is the force that gives US the power to challenge all of these and more – it is the power of what God would have us become that brings us – again and again -- up against “the powers that be.”
I guess that’s why I guess I continue to be surprised by those who think there is no connection between what we do here on Sunday and how we live our lives the rest of the week. Yes, it is important to put Christ back in Christmas but we’re not supposed to leave him there! If we settle for worshipping the beautiful baby in the Bethlehem manager and forget to follow the radical rabbi he grows up to be then we’re missing the point. And here at All Saints Church we follow Jesus as we challenge the systems that foster oppression, that make war, and that perpetuate violence. We believe that when we do that … when we “stir things up” we are following in the footsteps of those who’ve gone before us: of Isaiah and John and Jesus … of Martin Luther King and Cesar Chavez, Rosa Parks and Archbishop Romero ... and with Bishop Gene Robinson and Bishop-elect Mary Glasspool.
My brothers and sisters, “stirring it up” is part of the DNA of All Saints Church – it is a foundational element in what is nothing less than the meaning of our lives together as a community of faith. And I believe that we are called on this Third Sunday in Advent to both claim and proclaim that heritage – to continue stirring things up – to partner with the Spirit of the God who has anointed us to shine that light we have been given into the lives of those desperate for the hope it brings.
Amen.
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